domingo, 5 de octubre de 2008

Tu nombre se mezcla en el silencio desconocido de mi larga incertidumbre.
Sin embargo, embriagas cada palabra pronunciada como si fueras parte del todo.
Acaso lo eres y no me di cuenta?
Acaso siempre estuviste y nunca te vi?
Puede que así sea, que mis ojos ciegos de esperanzas ni siquiera puedan ver el destello de tu mirada.
O tal vez sea una imagen guardada de algún recuerdo lejano grabado en lo más hondo de mis entrañas

Sea como fuere, aun perdura el nítido resplandor de tu aliento sobre la almohada-
Como un aviso desafiante de que aun estamos vivos.
Que no importan los motivos, que valen poco los destinos,
En esta sinuosa carretera por donde serpenteamos la muerte pasajera.

Y así, mansos de toda bravura, entregaremos al río lo que le es propio
para sumergir en sus aguas tanta locura.
A la noche entregaremos la luna, para que no deje de proteger la cuna donde descansan los sueños escondidos.
Y al día… al día le daremos el calor de nuestras caricias enredadas en las sabanas donde desmayò tu cansancio y el mío.

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