domingo, 8 de abril de 2012

Los Miedos De Nuestro Niño Interior

© Extractos del libro, "El amor de tu vida", de Enriqueta Olivari


"Sin importar qué edad tengamos, todos llevamos en nuestro interior a un niño herido.
Ha sido herido por no haber sido amado, o por no haber recibido amor y cuidado del modo que él necesitaba.
Uno de los pasos fundamentales para crecer y poder amarnos a nosotros mismos es conocer a nuestro niño interior, y darle ese amor que tanto necesita.
De lo contrario, nos comportamos identificados inconscientemente con él, y esto afecta a nuestras relaciones de pareja, con los colegas de trabajo y amigos.
Saber diferenciar a ese niño interno de nuestra faceta adulta es imprescindible, sino esperamos que nuestra pareja o alguien más le cuide, y proyectamos en el otro a nuestro padre o madre.
Y esto está destinado al fracaso, puesto que nadie puede darle a ese niño lo que necesita. Es nuestra responsabilidad hacerlo.
La mayoría de las veces que sentimos miedo, en realidad quien lo siente es nuestro niño interior.
Conocer el origen de esos miedos es el primer gran paso para poder superarlos.
El niño interior tiene básicamente cuatro miedos.
Uno de ellos es el miedo a enfrentar. Teme que, al hacerlo, sea rechazado. Este miedo lleva a caer en patrones de víctima, o a ser cobarde, tímido, y a sentirse inferior a los demás.
Así que si percibes que no te animas a decir lo que quieres, lo que necesitas o lo que te disgusta, en realidad es tu niño interior quien te está limitando. Y si no enfrentas las situaciones desde tu adulto, y callas lo que de verdad necesitas decir, estás creando serias dificultades en tus relaciones personales, y te sentirás impotente e insatisfecho.
Otro miedo que el niño interior siente es el miedo al abandono. Esto lleva a sentir celos, a ser posesivo, y a tener la necesidad de manipular.
La única manera de superar este temor es garantizarle que tú siempre estarás con él, que le cuidarás y atenderás incondicionalmente, siempre.
El miedo a la pérdida que siente este niño nos lleva a sentir una profunda inseguridad. Para ocultar este miedo, nuestro ego se disfraza de lo opuesto, y entonces adoptamos una actitud agresiva, y podemos llegar a ser incluso fanáticos.
Y el miedo a la muerte que siente nuestro niño interior se transforma en desconfianza, egoísmo, apegos, fobias e histerias.
Al hacernos conscientes de cuál es el origen de nuestros miedos, podemos sanarlos desde la raíz, y para esto es imprescindible establecer una conexión amorosa y profunda con nuestro niño interior.
De este modo sanamos las heridas del pasado, y podemos crear para nosotros mismos realidades libres de inseguridades y bloqueos."

***Se pueden reproducir los contenidos, pero citando a la autora y el sitio: www.sanatualma.com

Significado Metafìsico de la Semana Santa


El Maestro Jesús se encontró con una situación delicada. Los hebreos creían en un solo Dios, es verdad, pero a ese Dios lo consideraban estar localizado aparte, separado, allá en una región indescifrable e indescriptible, y aunque por tantos siglos lo nombraron (y lo nombran) por el nombre hebreo que les enseñó Moisés, o sea “Jehová” y “Yahvé”, parece que el significado tan obvio no les penetró en la mente.
Jehovah y Yahvé dicen, textualmente, “YO SOY”. Ése es el significado de acuerdo con el “Léxico Hebreo de Lee”: Jehovah es el principio masculino o padre, y Yahvé es el principio femenino, o madre. Este último es el que las iglesias sectarias han dado por llamar el “Espíritu Santo”, o sea la parte femenina, afectiva, sentimental de Dios.
Claramente, Moisés enseñó que eso que llamamos “Dios” está dentro de cada ser.
Claramente, como luego verán en el capítulo Génesis, él enseñó que el pensamiento es el padre, y el sentimiento es la madre.
Claramente, la Llama Triple (ver portada) nos dice que la Llama Azul representa al padre, la Llama Rosa representa la madre y la Llama Amarilla representa el hijo, o producto de estos dos. Dios, o la Trinidad, pues, se puede contactar con el pensamiento y el sentimiento, y a eso fue a lo que tanto se refirió el ascendido Maestro Jesús, cuando por tres años estuvo enseñando que el Reino de los Cielos y el Reino de Dios “están dentro de ti”. Sin embargo, la gente ha continuado sin tomarlo en serio.
También explicó hasta la saciedad que la muerte no existe, que es sólo una idea que se puede superar, y llegó hasta el colmo de probarlo en carne y vida propia, poniendo el ejemplo frente a los ojos, dejando que lo “mataran” con una espada en el corazón, y con todo eso comprobó que ¡Él no murió! Cuando sus seguidores fueron a buscar su cuerpo, en un sepulcro prestado, encontraron la tumba abierta, y un individuo sentado esperándolos para decirles: “No está aquí. ¿Por qué lo buscan entre los muertos? Vayan a buscarlo entre los vivos”.
A pesar de que los textos bíblicos no dicen que Jesús murió en la cruz, pues lo que dicen es que “entregó el espíritu”, lo cual significa en el lenguaje de la época espírita, que proyectó su cuerpo etérico o que se desdobló y esto está comprobado en los textos traducidos al inglés, del arameo, con la forma de “entregó el fantasma” (gave up the ghost), porque no tenía por qué continuar soportando irrespetos; el mundo corriente no ha podido leer entre líneas y ha continuado creyendo que el Maestro murió, fue sepultado y que resucitó al tercer día.
Lo que realmente hizo el ascendido Maestro Jesús fue permanecer ausente del cuerpo físico y luego recuperarlo cuando hubo terminado la misión que fue a cumplir en los planos subastrales.
A pesar de que los textos dicen que fue visto el Maestro caminando vivo por los caminos, que mostró las heridas de ese cuerpo y hasta permitió que se las tocaran; todo fue para comprobar que aquel era el mismísimo cuerpo físico que había sido ostensiblemente “matado”, las multitudes continúan llorando su “muerte” y exhibiendo su imagen colgado en la cruz, olvidando totalmente la versión, que después circuló, de que “había resucitado”, en un esfuerzo por aclarar el misterio.
El Maestro sí resucitó a Lázaro quien sí había dejado el planeta. Sí invocó la vida que existe en todo, aun en lo aparentemente inánime. Pero un mínimo de consideración sobre los hechos comprueba que a las células iluminadas, vibrando a tan altísima frecuencia, no es posible que las desintegre la oscuridad, ¡por Dios! Al Maestro no lo podía tocar ni remotamente una vibración de malestar siquiera. Él lo dijo cuando declaró: “El Dios de este mundo (el mal) viene a mí y no encuentra nada en mí a que asirse” (nada puede entrar en nuestra experiencia a menos que encuentre algo afín en nosotros), prueba de que una vibración menor no puede afectar a una vibración mayor. Esto último se puede comprobar en nuestros días.
Toda su actuación –que en las eras subsecuentes ha sido conmemorada en la Semana Mayor, con el nombre de la “ Pasión”– fue efectuada con miras a la era presente, o sea, para que fuera comprendida en nuestros días, ya que en aquélla no se podía entender científicamente; y me atrevo a adelantar que aún faltan años para que sea aceptada mundialmente la verdad.
Esto es, grosso modo, la explicación metafísica de la “muerte” del ascendido Maestro Jesús, el Cristo en la pasada “era de Piscis”.
Como ya sabes, las eras son una negativa y otra positiva. En la negativa se crece todo lo material, visible, y se “oculta” lo espiritual. En la era positiva decrece la importancia de lo material; se revela lo espiritual, o sea que se habla abiertamente, públicamente, todo aquello que se escondía como cosa vergonzosa porque surge primeramente la sospecha de que en aquello que es invisible, pero no insensible, está la verdad y se impone el deseo de saberlo, y luego la avidez por todo lo espiritual.
A todos aquellos que se les llamaba “locos”, porque hablaban de cosas invisibles e inaudibles para la mayoría, se les busca para escucharlos con más detenimiento, y avanzando la era positiva los “locos” resultan ser aquellos que se ciegan y se ensordecen a la comprobación científica y matemática de la existencia real del espíritu y lo espiritual (Einstein decía que, mientras más profundizaba en el comportamiento de la luz, más a menudo se encontraba con la comprobación del espíritu).
Por esta circunstancia, el Maestro Jesús, que vino en una era negativa, oscura, materialista, tuvo que recurrir a medidas tan drásticas como la “Pasión” y la “Crucifixión” públicas, para dejar en la mente del planeta la comprobación de que la muerte es sólo una idea que se puede superar como la superó él.
Los Maestros, cuando se les hacían preguntas respecto a los “sufrimientos y muerte” de Jesús, siempre han contestado “Él vino a cumplir una misión y escogió Él mismo esa forma de llevarla a cabo”. Pero eso han dicho hasta el momento del cambio de la era de negativo a positivo, de material a espiritual, de Piscis a Acuario, cuando no se podía comprender la relación del pensamiento individual y colectivo a los males del planeta. Pero con el cambio de la era, que de acuerdo con las profecías “Nada quedará oculto sobre la faz de la Tierra”, y el anuncio del Maestro de que el nuevo mundo vendría cuando “caiga el manto de la vergüenza”, significa que ya se puede ir hablando de todo, porque es la era positiva, la era de la verdad, además de que los humanos ya estamos mentalmente adultos para comprender todas esas cosas.
Sería demasiado largo –y prematuro– describir aquí y ahora lo que se sabe en Metafísica de la verdadera misión del Maestro Jesús, pero adelantaremos algo para dar una ligera idea de las profundidades, o sea la incógnita que hay aún en ello para las conciencias terrenas.
Por ejemplo, el nombre “Gólgota”, monte donde ocurrió la crucifixión, significa “lugar del cráneo”. Ya sabes que en la mente (físicamente, cráneo) es donde polarizamos lo negativo en positivo. En lenguaje metafísico también lo llamamos “cruzarlo” o “crucificarlo”. Es sencillamente formar el signo más (+) del signo menos (–). Cada vez que a alguno de nosotros nos llega el momento en que nos cansamos de estar manifestando un defecto, o que nos exaspera un hábito o una idea –digamos que a una muchacha ya le molesta mucho el hábito de comerse las uñas y resuelve terminar con esa costumbre–, nosotros decimos que “crucificó el negativo”.
Otro ejemplo es el “Cáliz” tradicional. La generalidad lo asocia con “el cáliz de la amargura”, y la otra expresión “apurarlo hasta las heces”, sin jamás recordar la parte positiva que contiene. Pues en metafísica el cáliz es símbolo de “la conciencia de vida eterna”.
Cuando alguien ya ha logrado apersonarse de lo que es una vida eterna liberado del error, los sufrimientos, cuando ya ha crucificado o “positivado” todos sus falsos conceptos, se ha hecho digno de “beber el cáliz”, o de “apurar el cáliz”. Generalmente ese cáliz lo representan muy bello, en oro con piedras preciosas. Es un delicioso brebaje y no tiene nada que ver con amargura.
Cuando Jesús restauró la oreja del hombre que había sido cortada por Pedro en el momento en que venían a buscarlo para llevarlo preso, el Maestro protestó y dijo: “¡Envaina tu espada! El cáliz que me ha dado mi padre a beber ¿no he de beberlo acaso?”. ¿Te atreves tú a creer que “el padre” puede haberle dado un trago amargo a su hijo? (ver Metafísica al alcance de todos, capítulo 1, página 13).
¡El Maestro defendió ante Pedro su derecho a beber el cáliz que le dio su Padre! Defendió su derecho a la Vida Eterna. Él estaba ya muy próximo a terminar la misión triunfal que lo había traído a la Tierra, y protestó de que Pedro impidiera o retardara el final.
Nadie puede redimir a otro, tal como no se puede dormir, ni comer, ni digerir por otro. Sólo se puede allanar el camino, facilitar la tarea o abrir una puerta de entrada, pero cada cual tiene que hacer por sí solo la trayectoria, sea a pie, en automóvil, en barco o en avión. El traslado hay que efectuarlo uno mismo.
El ascendido Maestro Jesús, manifestando ya externamente su Cristo interior, vino a allanarnos el camino, facilitarnos la tarea y abrirnos la puerta a esta era en que hemos entrado.
Andando la era, se verá comprobado lo que acabamos de decir. La Tierra está a punto de efectuar un cambio en su elíptica (el término “a punto” puede que diste de 30 a 1.000 años). En su momento, ella entrará en la órbita de Venus. Tiene que ponerse ligera, apurando su velocidad y enderezándose.
Recuerda que la Ley de Correspondencia dice: “Como es arriba es abajo” y viceversa. Igual cambio estamos efectuando en los cuerpos sutiles. Tenemos que quitarnos el lastre, ponernos ligeros, aumentar nuestras vibraciones y volvernos más “rectos” (ver “Leyes Universales” en mi libro El maravilloso número 7, o también en mi libro Metafísica 4 en 1, volumen 1, tercera parte).
Sin la obra del Maestro Jesús, jamás hubiéramos podido lograrlo.
La efluvia* que rodea al planeta se iba a hacer demasiado espesa. El abrió una brecha de la Tierra a las tinieblas y de allí al plano Crístico para que “el que quiera beber el agua de la vida” que lo haga. O sea, el que quiera y pueda elevarse, superarse y espiritualizarse, tiene el camino abierto (ver “La Llama Azul” en mis libros El maravilloso número 7 y Metafísica 4 en 1, volumen 1, tercera parte).

* Efluvia: es la masa de energía negativa que se ha acumulado alrededor del planeta, formada por los odios, maldades y pesimismo de la humanidad entera.


 Por Conny Méndez, de su libro «El Nuevo Pensamiento»

viernes, 22 de julio de 2011

The Fifth Dimension - Aquarius (1969)


When the moon is in the seventh house
and jupiter aligns with mars
then peace will guide the planets
and love will steer the stars
this is the dawning of the age of aquarius
age of aquarius
aquarius!
aquarius!
Harmony and understanding
sympathy and trust abounding
no more falsehoods or derisions
golden living dreams of visions
mystic crystal revelation
and the mind's true liberation
aquarius!
aquarius!
When the moon is in the seventh house
and jupiter aligns with mars
then peace will guide the planets
and love will steer the stars
this is the dawning of the age of aquarius
age of aquarius
aquarius!
aquarius!

Cuando la luna está en la séptima casa
Y Júpiter se alinea con Marte
Entonces la paz guiará a los planetas
Y el amor dirigirá a las estrellas

Éste es el amanecer de Acuario, la edad de Acuario
Edad de Acuario
Acuario
Acuario

Armonía y comprensión
Empatía y confianza abundan
No más mentiras e irrisiones
Sueños de visiones dorados vivientes
Revelaciones de cristal místicas
Y la verdadera liberación de la mente
Acuario
Acuario

Deja que la luz del sol
Deja que entre la luz del sol
Que entre la luz del sol
aquarius!
aquarius!

Let the sunshine, let the sunshine in, the sunshine in
let the sunshine, let the sunshine in, the sunshine in
let the sunshine, let the sunshine in, the sunshine in

Oh, let it shine, c'mon
now everybody just sing along
let the sun shine in
open up your heart and let it shine on in
when you are lonely, let it shine on
got to open up your heart and let it shine on in
and when you feel like you've been mistreated
and your friends turn away
just open your heart, and shine it on in

martes, 19 de julio de 2011

hakuna matata ( version latina - castellano =D )

20 de Julio, dia Internacional del Amigo... HAKUNA MATATA para todos!!!!

Hakuna Matata es un término Swahili. "-kuna" significa "hay"  y  "hakuna" es "No hay"; "matata" es el plural de "problema"; entonces la traducción de "Hakuna Matata" es "No hay problemas".

martes, 21 de junio de 2011

Sexo: el mayor demonio en el infierno, por el Doctor Miguel Ruiz


Si fuésemos capaces de sacar a los seres humanos de la creación del universo,veríamos que toda ella -las estrellas, la Luna, las plantas, los animales, todas las cosas – es perfecta tal y como es. La vida no necesita justificaciones ni juicios; sin nosotros sigue funcionando igualmente.
Ahora bien, si incluyes a los seres humanos en la creación, pero arrebatándoles la capacidad de juzgar, descubrirás que somos exactamente iguales al resto de la naturaleza. Ni buenos ni malos ni tenemos razón ni estamos equivocados: somos sencillamente como somos.
En el Sueño del Planeta, tenemos la necesidad de justificarlo todo: hacer que todo sea bueno o malo, correcto o incorrecto, cuando, sencillamente, las cosas son como son y punto.

Los seres humanos acumulamos muchos conocimientos; aprendemos todas esas creencias, toda esa moral y las reglas de nuestra familia, de la sociedad y de la religión. Basamos la mayor parte de nuestra conducta y de nuestros sentimientos en esos conocimientos. Creamos ángeles y demonios, y claro, el sexo se convierte en el mayor demonio del infierno. El sexo es el mayor pecado de los seres humanos, cuando el cuerpo humano está hecho para el sexo.
Biológicamente eres un ser sexual, y no hay más. Tu cuerpo es muy sabio. Toda la inteligencia reside en los genes, en el ADN. El ADN no necesita comprender ni justificar las cosas; sólo sabe. El problema no reside en el sexo. El problema reside en el modo en que manipulamos el conocimiento y en nuestros juicios, cuando, en
realidad, no hay nada que justificar. A la mente le resulta muy difícil rendirse, aceptar que es, sencillamente, como es. Tenemos toda una serie de creencias sobre lo que debería ser el sexo, sobre cómo deberían ser las relaciones, y esas creencias están completamente distorsionadas.
En el infierno pagamos un precio muy alto por un encuentro sexual, pero el instinto es tan fuerte que, de todos modos, lo hacemos. Entonces, sentimos mucha culpa y mucha vergüenza; oímos todos los chismes sobre el sexo. «¡Oh! ¡Mira lo que está haciendo esa mujer! ¡Mira a ese hombre!» Tenemos una definición completa de lo
que es una mujer, de lo que es un hombre, de cuál debería ser el comportamiento sexual de una mujer y de cuál debería ser el comportamiento sexual de un hombre.

Los hombres son siempre demasiado machos o demasiado débiles, dependiendo de quien los juzgue. Las mujeres son siempre demasiado delgadas o demasiado gordas. Tenemos todas esas creencias sobre cómo debería ser una mujer para ser considerada hermosa.
Tienes que comprar la ropa adecuada, crearte una imagen apropiada a fin de resultar seductora y ajustarte a esa imagen. Si no encajas en esa imagen de belleza, creces con la creencia de que careces de valor, de que no le gustarás a nadie.
Nos creemos tantas mentiras sobre el sexo que no lo disfrutamos. El sexo es para los animales. El sexo es maligno. Deberíamos avergonzarnos de tener sentimientos sexuales. Estas reglas sobre el sexo van completamente en contra de la naturaleza y sólo son un sueño, pero nos las creemos. Tu verdadera naturaleza aflora y no encaja con todas esas reglas. Te sientes culpable. No eres lo que deberías ser. Eres juzgado; una víctima. Te castigas a ti mismo y no es justo. Esto abre heridas que se infectan con veneno emocional.
La mente juega a este juego, pero al cuerpo no le importa lo que la mente crea; el cuerpo sólo siente la necesidad sexual. En un momento determinado de nuestra vida nos resulta imposible no sentir una atracción sexual. Esto es completamente normal; no comporta ningún problema. El cuerpo sentirá un deseo sexual cuando se excite, cuando sea tocado, cuando sea visualmente estimulado, cuando vea la posibilidad de sexo. El cuerpo puede sentir un deseo sexual, y unos minutos más tarde, dejar de sentirlo. Si la estimulación cesa, el cuerpo deja de sentir la necesidad de sexo, pero la mente es otro cantar.
Digamos que estás casada y que recibiste una educación católica. Tienes todas esas ideas sobre cómo debería ser el sexo: sobre lo que es bueno o malo o correcto o incorrecto, sobre lo que es pecado y lo que resulta aceptable. Necesitas firmar un contrato para que el sexo sea aceptado; si no lo haces, el sexo es pecado. Has dado tu palabra de que serás fiel, pero un día, cuando vas por la calle, un hombre se cruza en tu camino. Sientes una fuerte atracción; el cuerpo siente la atracción. No hay ningún problema porque no significa que vayas a emprender una acción, sin embargo, eres incapaz de evitar ese sentimiento porque es algo completamente normal. Cuando el estímulo desaparece, el cuerpo lo libera, pero la mente necesita justificar lo que siente el cuerpo.
La mente «sabe», y ahí reside el problema. Tu mente sabe, tú sabes, pero ¿qué es lo que sabes? Sabes lo que crees. No importa si es bueno o malo, adecuado o inadecuado, correcto o incorrecto. Has sido educada para creer que eso es malo, y de inmediato, haces ese juicio. En ese momento empieza el drama y el conflicto.
Más adelante piensas en ese hombre, y sólo con pensar en él, tus hormonas vuelven a aumentar. Dada la poderosa memoria de la mente, es como si tu cuerpo volviese a verlo de nuevo. El cuerpo reacciona porque la mente piensa en ello. Si la mente dejase al cuerpo en paz, la reacción se desvanecería como si nunca hubiese
tenido lugar.
Pero la mente lo recuerda, y como sabes que no está bien, empiezas a juzgarte. La mente dice que no está bien e intenta reprimir lo que siente. Pero, cuando tratas de reprimir tu mente, adivina qué ocurre. Piensas todavía más en ello. Entonces vuelves a ver a ese hombre, y aunque esta vez la situación sea distinta, tu cuerpo reacciona con mayor fuerza.
Si la primera vez hubieses liberado el juicio, ahora quizás al verlo por segunda vez, no experimentarías ninguna reacción. Sin embargo, en estos momentos, al verlo, tienes sentimientos sexuales, juzgas esos sentimientos y piensas: «Oh, Dios mío, no está bien. Soy una mujer terrible». Necesitas ser castigada; eres culpable; y de este modo entras en una espiral descendente, por nada, porque todo está en la mente.

Quizás ese hombre ni siquiera ha advertido tu existencia. Empiezas a imaginarte toda la escena, haces suposiciones y llegas a desearlo todavía más. Entonces, por la razón que sea, lo conoces, hablas con él y te resulta maravilloso. Al final se convierte en una obsesión; es muy atractivo, pero te da miedo.
Acabas haciendo el amor con él y es, a la vez, la mejor y la peor experiencia que has tenido. Ahora realmente necesitas ser castigada. «¿Qué clase de mujer permite que su deseo sexual sea más importante que sus principios morales?» Quién sabe a qué juegos va a jugar la mente. Sientes dolor, pero intentas negar tus sentimientos; intentas justificar tus acciones a fin de evitar el dolor emocional. «Bueno, probablemente mi marido hace lo mismo.»
La atracción cobra fuerza, pero no es a causa del cuerpo, sino de la mente, que está siguiendo un juego. El miedo se convierte en una obsesión, y así, el que sientes en relación a tu atracción sexual se intensifica. De este modo, cuando haces el amor con él, tienes una gran experiencia, pero no porque él sea maravilloso ni tampoco porque lo sea el sexo, sino porque liberas toda la tensión y todo el miedo.

Entonces, para que vuelva a crecer de nuevo, la mente sigue creyendo en el juego de que es así por el hombre, pero eso no es verdad. El drama sigue creciendo y no se trata de otra cosa que de un sencillo juego mental. Ni siquiera es real. Tampoco es amor, porque una relación como esta se vuelve muy destructiva. Es autodestructiva porque te hieres a ti misma y lo que más te duele es lo que crees. No importa que tus creencias sean correctas o incorrectas, buenas o malas, estás rompiendo con ellas, algo deseable cuando se hace a la manera del guerrero espiritual, pero no cuando se hace a la manera de la víctima. Y lo que estás haciendo es utilizar esa experiencia para adentrarte más profundamente en el infierno, no para salir de él.
Tu mente y tu cuerpo tienen unas necesidades completamente diferentes, pero la mente controla al cuerpo. Este tiene unas necesidades que no es posible evitar: comer, beber, guarecerse, dormir y satisfacerse sexualmente. Todas esas necesidades son completamente normales y muy fáciles de satisfacer. El problema reside en que la mente dice que esas son «sus» necesidades.
En nuestra mente creamos una imagen dentro de esta burbuja de ilusión. La mente se responsabiliza de todo. Piensa que tiene necesidad de comida, de agua, de cobijo, de ropa y de sexo, aunque lo cierto es que no la tiene, ya que no experimenta necesidades físicas. La mente no necesita comida, no necesita oxígeno ni agua, ni tampoco sexo.
Pero ¿cómo sabemos que esto es verdad? Cuando tu mente dice: «Necesito comida» y comes, el cuerpo se siente completamente satisfecho, pero no la mente, que sigue pensando que todavía necesita más. Entonces sigues comiendo sin parar, y, aun así, no eres capaz de que tu mente se sienta satisfecha, porque esa necesidad no es real.
La necesidad de cubrir el cuerpo es otro ejemplo. Sí, el cuerpo necesita ser cubierto cuando el viento es demasiado frío o cuando el sol quema en exceso, pero quien tiene esa necesidad es el cuerpo y es fácil satisfacerla. Por eso, cuando la necesidad está en la mente, aunque te eches encima toneladas de ropa, la mente seguirá necesitando más.
Entonces abres el armario, y aunque está lleno de ropa, tu mente no se siente satisfecha, así que dices: «No tengo nada que ponerme».
La mente necesita otro coche, otras vacaciones, una casa para invitar a tus amigos: todas esas necesidades que no eres capaz de satisfacer plenamente están en la mente.
Pues bien, lo mismo ocurre con el sexo. Cuando la necesidad está en la mente, no es posible satisfacerla. Cuando la necesidad está en la mente también están ahí todo el juicio y todo el conocimiento, lo que hace muy difícil hacerle frente al sexo. La mente no necesita sexo. Lo que realmente necesita es amor, no sexo. Más que la mente, es tu alma la que necesita amor, porque tu mente es capaz de sobrevivir con el miedo.

El miedo también es energía y alimento para la mente: no exactamente el alimento que deseas, pero funciona.
Necesitamos liberar al cuerpo de la tiranía de la mente, ya que cuando ésta deja de necesitar comida y sexo, todo resulta muy fácil. Para ello, el primer paso que hay que dar es dividir las necesidades en dos categorías: en las necesidades que tiene el cuerpo, y en las necesidades que tiene la mente.
La mente confunde las necesidades del cuerpo con las suyas porque necesita saber: «¿Quién soy yo?». Vivimos en un mundo de ilusión y no tenemos la menor idea de qué somos. Por lo tanto, la mente elabora todas estas preguntas. «¿Qué soy yo?» se convierte en el mayor misterio y cualquier respuesta satisface la necesidad de sentirse a salvo. La mente dice: «Yo soy el cuerpo. Yo soy lo que veo; yo soy lo que pienso; yo soy lo que siento; siento dolor; estoy sangrando».
La afinidad entre la mente y el cuerpo es tan grande que la mente se cree el siguiente postulado: «Yo soy el cuerpo». El cuerpo tiene una necesidad y la mente dice: «Yo necesito». La mente se toma como algo personal todo lo que tiene relación con el cuerpo porque intenta comprender «¿Qué soy yo?». Por eso resulta completamente normal que, en un momento determinado, la mente empiece a ganar control sobre el cuerpo. Y vives tu vida de esta manera hasta que sucede algo que te conmociona y te permite ver lo que no eres.
Sólo empiezas a cobrar conciencia cuando ves lo que no eres, cuando tu mente empieza a comprender que no es el cuerpo. Cuando se dice a sí misma: «Entonces, ¿qué soy yo? ¿Soy la mano? Si me corto la mano, todavía sigo siendo yo. Entonces, no soy la mano». Eliminas lo que no eres hasta que, al final, lo único que queda es lo que realmente eres. La mente atraviesa un largo proceso hasta descubrir su propia identidad. En ese proceso liberas tu historia personal, lo que te hace sentir seguro, hasta que finalmente comprendes lo que en verdad eres.
Descubres que no eres lo que crees que eres porque nunca escogiste tus creencias, que estaban ahí cuando naciste. Descubres que tampoco eres el cuerpo, porque empiezas a funcionar sin él. Empiezas a advertir que no eres el sueño, que no eres la mente. Y si profundizas más, te llegas a dar cuenta de que tampoco eres el alma.
Entonces, lo que descubres resulta verdaderamente increíble. Descubres que lo que eres es una fuerza: una fuerza que le permite a tu cuerpo vivir, una fuerza que permite que tu mente sueñe.
Sin ti, sin esa fuerza, tu cuerpo se derrumbaría. Sin ti, todo tu sueño se disolvería hasta convertirse en nada. Lo que realmente eres es esa fuerza que es la Vida.

Y si miras a los ojos de alguien que esté cerca de ti descubrirás esa conciencia propia, la manifestación de la Vida que brilla en ellos. La vida no es el cuerpo, no es la mente, no es el alma. Es una fuerza, y por medio de esta fuerza un recién nacido se convierte en un niño, en un adolescente, en un adulto; se reproduce y envejece. Cuando la Vida abandona el cuerpo, este se descompone y se convierte en polvo.
Eres Vida que atraviesa tu cuerpo, que atraviesa tu mente, que atraviesa tu alma. Y una vez que descubres esto, no con la lógica, no con el intelecto, sino porque la sientes, descubres que eres la fuerza que hace que se abran y se cierren las flores, que hace que el colibrí vuele de una flor a otra, que estás en cada árbol, en cada animal, en cada vegetal y en cada roca.

Eres esa fuerza que mueve el viento y que respira a través de tu
cuerpo. Todo el universo es un ser viviente movido por esa fuerza, y eso es lo que tú eres. Eres vida.


 Sobre el autor

El doctor Miguel Ruiz es un maestro de la escuela tolteca de tradición mística. Combina su mezcla única de conocimientos en talleres, conferencias y viajes guiados a Teotihuacán, México. En esta antigua ciudad de las pirámides, conocida por los toltecas como el lugar en el que «el hombre se convierte en Dios», el doctor Miguel Ruiz sigue el proceso que los antiguos profetas trazaron para guiar a los buscadores a través de sus niveles ascendentes de conciencia

martes, 31 de mayo de 2011

INICIATIVA DEL DR.DEPAK CHOPRA EN FAVOR DE LA PAZ MUNDIAL


El programa en favor de la paz lo invita a convertirse en hacedor de paz realizando, cada día,  una acción concreta centrada en hacer realidad la paz, paso por paso en su vida personal. 


Comience hoy mismo:

- *Domingo:* Ser en favor de la paz.


- *Lunes:* Pensar en favor de la paz.

- *Martes: *Sentir en favor de la paz.

- *Miércoles: *Hablar en favor de la paz.

- *Jueves: *Actuar en favor de la paz.

- *Viernes:* Crear en favor de la paz.

- *Sábado: *Compartir en favor de la paz.

Cada ejercicio sólo toma unos cuantos minutos. Puede hacerse en privado o en
público, pero quienes lo rodean sabrán que Usted está en favor de la paz por su forma de actuar en el diario vivir.

*DOMINGO: SER EN FAVOR DE LA PAZ

 Hoy, dedique cinco minutos a meditar acerca de la paz. Siéntese en silencio y cierre los ojos. Preste atención a los latidos de su corazón y repita interiormente estas cuatro palabras: paz, armonía, risa, amor. Permita que, desde el silencio de su corazón, estas palabras irradien hacia su cuerpo.Al terminar la meditación, dígase a si mismo o a sí misma, Hoy voy a despojarme de todo resentimiento. Recuerde algún resentimiento contra alguien y déjelo ir. Hágale saber a esa persona que la perdona.

*Lunes: Pensar en favor de la paz*

 El pensamiento tiene poder cuando está respaldado por la intención. Hoy, introduzca en sus  pensamientos la intención de actuar en favor de la paz. Haga un momento de silencio y luego repita esta antigua oración:
Haz que yo sea amado,
haz que yo sea feliz, 
haz que yo sea pacífico.
Haz que mis amigos sean felices, amados y pacíficos.
Haz que quienes considero como mis enemigos sean felices,
 amados y pacíficos.
Haz que todos los seres sean felices amados y pacíficos.
Haz que el mundo entero experimente la felicidad, el amor y la paz. 

Si en algún momento del día se siente dominado o dominada por el miedo o la ira, repita estas intenciones: la oración le devolverá su centro de gravedad.

*Martes: Sentir en favor de la paz


Este día es para experimentar las emociones de la paz: compasión, comprensión y amor. Compasión es compartir el sufrimiento y, cuando sentimos el sufrimiento de otra persona, nace la comprensión. Comprensión es saber que el sufrimiento es compartido por todos y cuando comprendemos  que no estamos sólos en nuestro sufrimiento, nace el amor. Y, cuando hay amor, hay oportunidad para la paz.En el curso del día observe a un desconocido y dígase a si mismo o a sí misma en silencio, esta persona es como yo y como yo ha experimentado alegría y tristeza, desesperación y esperanza, miedo y amor. Como yo, esta persona no es eterna y un día acabará. La paz de esta persona es tan importante como mi paz. Quiero que haya paz, armonía, risa y amor en su vida y en la vida de todos los seres.
*Miércoles: Hablar en favor de la paz*
Hágase hoy el propósito de hacer felices a sus interlocutores y dígase a usted mismo o a usted  misma: hoy, cada palabra que pronuncie la escogeré conscientemente y evitaré las quejas, las condenaciones y las críticas.
El ejercicio consiste en realizar alguna de las siguientes acciones:
Dígale a una persona cuánto la aprecia

Exprese autentica gratitud hacia quienes lo hayan ayudado y amado

Ofrezca palabras de alivio o de aliento a alquien que las necesite.
 Demuestrele respeto a alguien cuyo respeto usted valora.
 Si descubre que reacciona en forma negativa o agresiva contra alguien, guarde silencio.
 Espere a recuperar la calma para hablar y hágalo, entonces, con respeto.

*Jueves: Actuar en Favor de la Paz*
Hoy es el día para ayudar a alguien que lo necesite: un niño, un enfermo, un anciano o un inválido. La ayuda puede ser de muchas maneras. Dígase a sí mismo o a sí misma, hoy voy a sonreírle a alguien a quien no conozco. Si alguien me injuria o injuria a otra persona, le responderé con un gesto de bondad. Le enviaré un regalo anónimo a una persona, sin tener en cuenta su condición. Ofreceré mi ayuda sin esperar gratitud o reconocimiento.

*Viernes: Crear en favor de la paz*

Hoy, proponga una idea creativa para solucionar un conflicto personal, familiar o con sus amigos. Si puede, trate de crear una idea que sirva en su comunidad, su país o a nivel mundial.Puede cambiar un viejo hábito que no funciona, mirar a alguien de una nueva manera, decir unas palabras que nunca antes había dicho o pensar en una actividad que integre a un grupo de personas para pasarlo bien y divertirse.

En un segundo momento, invite a un miembro de su familia o a un amigo a proponer una idea
del mismo estilo. La creatividad se siente mejor cuando es uno mismo quien propone la nueva idea o el nuevo enfoque. Haga saber que usted acepta y disfruta la creatividad.
Permita que fluyan las ideas y ensaye lo que resulte llamativo. El propósito aquí es crear vínculos, porque solamente cuando nos vinculamos con los demás nace la confianza mutua y, cuando hay confianza, no hay lugar para hostilidades y sospechas, los dos grandes enemigos de la paz.

*Sábado: Compartir en favor de la paz*

Comparta hoy con dos personas el ejercicio de hacer la paz. Déles este texto e invítelos a comenzar los ejercicios diarios. A medida que más gente participe, la acción se expandirá para formar una masa crítica.Celebre hoy con alegría su propia conciencia de la paz con otra persona conciente de la paz.
Comparta su experiencia de mayor paz.
Comparta su gratitud porque alguien tome tan en serio como usted el asunto de la paz.
Comparta sus ideas para ayudar al mundo a convertirse en una masa crítica de paz.
Haga cuanto pueda para ayudar a alguien que quiera convertirse en hacedor de paz.
La mejor razón para convertirse en hacedor de paz 
Ya conoce el programa. Transformarse en hacedor de paz no significa convertirse en activista 
y participar en marchas de protesta, no hace falta estar en contra de algo, no se necesita 
dinero: lo que se pide es interiorización y dedicarse a la construcción de la paz.

FUENTE: *Texto extraido del sitio “Peace is the Way” de Deepak Chopra *


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