martes, 19 de agosto de 2008

Metafisica. El Poder del Pensamiento Positivo (Reportaje a Axel Rudin)

Palabras y pensamientos positivos, vivir el presente, liberarse del pasado y compartir amor son para el sanador sueco Axel Rudin algunos de los ingredientes básicos para logra una vida sana y hacer de ésta un verdadero arte.
Rudin, quien dicta en Ecuador conferencias, talleres y lidera sesiones de curación y renovación energética individuales y masivas, dijo hoy a Efe que cada persona es "creadora de su propia existencia".
"La transformación no es tanto algo que un sanador hace, es una decisión que hace cada ser", dijo Rudin, para quien la riqueza no se manifiesta en lo material, sino en lo espiritual.
Ser generosos, no juzgarse ni juzgar y amar la vida como los niños, son para Rudin algunas de las claves para una vida sana en la que, a través del conocimiento, se debe eliminar el sufrimiento.
Descalzo para tener un mayor contacto con la "madre tierra" y vestido con ropa de colores claros, Rudin opina que las personas deben buscar siempre llegar "a la iluminación" a través del amor.
Lamentó que los seres humanos sean "súper adictos a sus dramas".
"La tristeza genera más tristeza, amargura y separación, es algo que viene en cadena", dijo al recordar estudios japoneses en los que se señala que "el 97 por ciento de los pensamientos del ser humano en el mundo occidental son negativos".
La pobreza y el aburrimiento "son un estado de conciencia. Viví diez años en África y ellos no se sienten tan pobres, aunque no tengan nada de lo que se tiene aquí", subrayó.
Con la sonrisa dibujada en sus labios, un perfecto español y con tanta cadencia en cada palabra que parece acariciar, Rudin invita a abrirse mentalmente a la abundancia del amor y a compartirlo.
Si se canalizan pensamientos positivos, Rudin cree que "el universo te da la respuesta", por lo que insta a repetir: "Yo soy rico, yo soy abundancia", pues "si te sientes pobre, atraes pobreza".
En su delgada y sana contextura, habla de un contacto constante con energías, a las que también denomina "Dios, amor, vida, lo que sea".
"He viajado en 116 países para entender que hay un punto de convergencia donde todo se encuentra. No siento que hay un Dios cristiano, otro musulmán, entre otros, sino que hay la fuente de toda la vida, la conciencia colectiva de toda la creación, y eso va más allá de cualquier libro sagrado", señaló.
Aclaró que para él las religiones no son malas, aunque sí advierte "mucha manipulación", por lo que cree que es mejor tomar de cada una lo bueno, su esencia y alejar el miedo, pues "éste paraliza".
"La razón por la que alguien se enferma es porque no ama, no está en el amor, en la presencia; ha olvidado la bondad de la vida", indicó. al tiempo que apuntó que su función como sanador es "ayudar a la gente a recordar lo generosa que es la vida".
Asimismo, dijo: "Ayudo a la gente a entender que han creado sus propias enfermedades, y si las crearon con su pensamiento también pueden revertirlas. El asma, por ejemplo, es comunicación oprimida".
"Siente la libertad de comunicar lo que eres. La paz interior trae la paz exterior", apuntó, y agregó que "la palabra es energía en movimiento y está científicamente comprobado que cambia hasta tu estructura molecular".
El equilibrio en las personas, dijo, se debe dar en sus "cuatro cuerpos: físico, mental, emocional y espiritual".
"Hay que estar aquí y ahora. La mayoría de la gente nunca está presente. Estamos siempre escapando del presente, la presencia es iluminación", agregó y aseguró que vivir con armonía es un arte.
Aparte de su palabra, Rudin usa sus manos para "sanar" y es capaz de "leer" la energía tan sólo pasándolas en el aire, dibujando la silueta de la persona.
Así es capaz de descubrir actitudes poco positivas de la persona en la actualidad relacionadas con resentimientos del pasado, o dolencias en diferentes partes del cuerpo vinculadas con energías reprimidas por problemas, generalmente, emocionales.
Pero también con sus manos crea campos energéticos, y aprisionando en sitios específicos y repitiendo palabras positivas logra desbloquear las energías, logrando así que se vaya el dolor.
Agradeciendo con la vida y regalando bendiciones, Rudin culmina sus sesiones de curación con recomendaciones adornadas con sonrisas y un fuerte abrazo, "de esos que ya la gente no da y que son tan necesarios para vivir", dice.

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